El más significativo pero también el más privado de los actos de conmemoración de los 35 años de la toma guerrillera y retoma militar del Palacio de Justicia, fue el acto de entrega a sus familiares y sepultura definitiva de los restos de Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la Corte Suprema que murió allí junto con todos sus magistrados y empleados.