Las centrales obreras esperan que al aumento salarial de este año les permita a los trabajadores recuperar su capacidad de consumo y han fijado su aspiración en 13.5%, lo que los empresarios consideran un despropósito.
Los gremios aspiran a que el aumento salarial, por el contrario, sea bajo y acorde con la inflación, que este año será de un 2%, para que así tengan espacio para crear los empleos que se perdieron.