Aunque hace meses no se sabe de operaciones de las Fuerzas Especiales del Ejército, sí se han comprado equipos para que ellos puedan operar, pero sus visores resultaron una copia del original y difíciles de usar en combate.
El proveedor que seleccionó el Ejército no es el fabricante de los amplificadores de luz que contienen y presentan dificultades en el hipotético uso en combate que se plantea, igual el gobierno ya pago dos mil cuatrocientos millones por ellos.