Un funcionario al que Fernando Carrillo denunció por ofrecerse para cambiar el sentido de sentencias disciplinarias de su despacho, tuvo vigente una orden de captura durante 52 días, sin que la Fiscalía la ejecutara.
La DIJIN que recibió la denuncia le pidió a Carrillo mantener en el cargo al funcionario mientras lo capturaban, pero ésta se produjo cuando ya él no era procurador y el golpe se le anotó a su sucesora, Margarita Cabello.