Trescientas familias que tuvieron que abandonar la zona rural de Peque, Antioquia, por que sus parcelas se hicieron campo de enfrentamientos entre dos bandas criminales, regresan sin ninguna atención del gobierno ni compañía de la fuerza pública.
Técnicamente este no es un retorno, con el que la Ley define, que tendría la intervención del Estado y la fuerza Pública, pero como ninguno de éstos atendió el llamado, sólo le dan la palabra de regreso y piden explicaciones.