La armonía de un grupo depende menos de las palabras que entre él se pronuncien que de la capacidad de sus individuos para entender a los demás por sus gestos, silencios y emociones.
La armonía de un grupo depende menos de las palabras que entre él se pronuncien que de la capacidad de sus individuos para entender a los demás por sus gestos, silencios y emociones.