Además de que no soluciona los problemas de informalidad en la contratación del personal sanitario del país, cuya precariedad se evidenció en la pandemia, el proyecto de reforma a la salud pretende concentrar el poder económico del sector en menos manos.
También el proyecto plantea la eliminación del manual de contratación lo que generaría una competencia en la cual los hospitales públicos entrarían en proceso de extinción.