Durante dieciocho horas un fiscal intentó argumentar que catorce jóvenes eran terroristas, porque en sus ratos libres daban clases y tenían edades peligrosas, pero sin hechos de terror que atribuirles… Al final el juez, les dio la libertad a ellos y un regaño al fiscal…
Todos los capturados se preparaban para ir a las marchas, pero ninguno de ellos tiene antecedentes por ningún delito o infracción de policía y mucho menos los alias, con los que, según su abogado, la Fiscalía intentó crearles una peligrosidad que no tenían.