No hubo revelaciones sobre los actores estatales que apoyaron a las AUC ni secretos de la guerrilla conocidos en la sesión conjunta que tuvieron en la JEP, los antiguos jefes de las FARC y de las AUC, sino insinuaciones y una petición de perdón.
Ambos dijeron que no querían ir a la guerra y el crimen, sino que fueron presionados por la situación que vivían. Nadie les dijo que otros cuarenta millones de colombianos que vivían la misma situación encontraron opciones diferentes.