De los cincuenta integrantes de una unidad policial denunciada por robar las recompensas que Estados Unidos pagaba a testigos protegidos, treinta fallaron en el detector de mentiras y ya fueron retirados.
Esto fue parte del presupuesto que el gobierno de Estados Unidos destinaba al pago de recompensas por los ellos llaman objetivos de alto valor y, aunque sirvió para capturarlos, genera dudas sobre la presencia de los estafados como testigos en los procesos judiciales.