Cuando la Contraloría examinó el valor de un contrato militar de tamales por 1.120 millones de pesos, encontró que el precio de referencia con el que la propuesta fue analizada lo aportó una empresa dedicada a los textiles.
En los demás parámetros para seleccionar al proveedor de tamales se tomaron en comparación sus condiciones con dos empresas que tampoco podían vender tamales debido a que tenían su registro mercantil cancelado.