En la dirección de crimen organizado de la Fiscalía se recibió el reporte interno de la incautación de 700 gramos de cocaína, y se anunció ante la prensa la de una tonelada y media.
Según un testigo de la maniobra fue la fiscal encargada del caso, en Bucaramanga, la que pidió “inflar” los informes de incautación, no sólo para ganar méritos, sino también para desviar una recompensa, posiblemente con dinero de Estados Unidos.