El inspector del INPEC capturado por presunta responsabilidad en la fuga de alias Matamba, solía pasear por los corredores de la cárcel con ropa que sumaba mucho más que un sueldo mensual suyo, lo que no levantó sospechas ni en la Policía, ni en el INPEC.
Además, a él no sólo se le atribuye haber dejado abierta la puerta de la celda del narcotraficante, sino también haber organizado una fiesta con prostitutas, que hacía parte del plan y haber demorado por horas el inicio de la búsqueda.