Al menos cinco familias campesinas que llegaron a Mapiripán, Meta, desplazadas de otras zonas del país perdieron sus precarias viviendas y todas sus pobres pertenencias por la dinamita que el Ejército, respaldado por agentes de la Fiscalía, provocó dentro de éstas.
El Ejército llegó a ejecutar una operación de rescate del territorio por ser zona de reserva ambiental, pero lo hizo con el daño que produce la dinamita y dejó en el lugar explosivos no detonados que encontraron los niños de la comunidad.
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