La procuradora general Margarita Cabello defiende la gestión de esa entidad cuya existencia está en duda por negarse a acoplar sus funciones con el derecho internacional, por el otro lado parece haber convertido los cargos que tiene a su disposición, en botín clientelista.
Entre otros, la procuradora Cabello les ha dado contratos jugosos a exmagistrados de las cortes a pesar de que algunos de estos tienen pensiones de más de $20 millones.