Una olla y la simulación de un fogón de leña fueron el centro de la discusión en el debate de la oposición a la ministra de Minas. La cabeza de la oposición trinó sobre la degradación del capitolio, sin saber que era su compañera de bancada la que había ordenado fingir el fogón.
Aunque se trataba de un gesto contra ella, la ministra terminó posando junto a la olla, a la que llamó comunitaria y símbolo de la transición energética justa, segura y popular.