Aunque la Fiscalía dice tener evidencias de que seis líderes sociales que capturó en una operación simultánea hace tres semanas tenían relación con las disidencias de las FARC, ellos lo niegan y aseguran que su captura es una persecución.
Uno de ellos es hijo de un denunciante de Álvaro Uribe que ya probó su persecución judicial, otro un organizador del paro cocalero y otros dos organizadores comunales del sur de Bogotá.