En el siglo pasado los rostros de las personas cambian con el tiempo, por cuenta de los dientes. A esta altura del siglo 21 eso no pasa porque todos saben que nadie puede dormir sin haberlos cepillado antes.
En el siglo pasado los rostros de las personas cambian con el tiempo, por cuenta de los dientes. A esta altura del siglo 21 eso no pasa porque todos saben que nadie puede dormir sin haberlos cepillado antes.