Fue una operación orientada por el servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos la que condujo al hallazgo de un laboratorio de cocaína en la finca San Fernando, de Guasca, Cundinamarca, del embajador en Uruguay y su familia.
Contrario a lo que se dijo inicialmente, no se trata de un laboratorio express, pues la investigación da cuenta de que en su preparación tardaron más de ocho meses y desde hace dos había producido 250 kilos de cocaína.