Más allá del número de proposiciones, los promotores del proyecto de reforma a la salud consideran que las aspiraciones de sus contradictores se centran en una: que sobrevivan con el menor daño las EPS.
Así entienden las objeciones los ponentes del proyecto y dicen a los objetores lo que esperan es que la salud siga siendo un negocio y que sus dueños lo sigan manejando, pero con el nuevo nombre que se les dé a las EPS en la reforma.