Siete mujeres policías de rangos altos y medianos, fueron hostigadas sexualmente por su superior, un coronel que fue nombrado comandante de un departamento del sur del país.
Con la disculpa de que él era costeño y, por eso, hablaba de manera informal, el jefe de las víctimas las conminaba a que se expresaran, en público, sobre asuntos sexuales, con un lenguaje vulgar. Una experta dijo que esa conducta es tan delictiva como otras de violencia de género.