A pesar de que la selección de camarógrafos fue tan dedicada como la de los invitados, uno de ellos pudo captar los gestos de la realeza hacia Harry, el hijo menor del rey coronado, que tuvo que renunciar a vivir en su país natal por amar a una mujer de piel más oscura que la suya.
A Harry, al que todavía le llaman príncipe Harry, asistió como invitado raso a la coronación de su padre, pero ni siquiera sus vecinos, otros invitados rasos, le dirigieron la palabra durante el evento.