Cuando ya se extingan las especies amenazadas ante la pasividad de los colombianos, el país podrá recordar el sonido de cada una y el concierto en su hábitat, gracias a una biblioteca de sonidos que hace diez años se construye.
Cuando ya se extingan las especies amenazadas ante la pasividad de los colombianos, el país podrá recordar el sonido de cada una y el concierto en su hábitat, gracias a una biblioteca de sonidos que hace diez años se construye.