El líder de los mercenarios rusos, ni siquiera prestó el servicio militar. Luego de pagar prisión en el siglo pasado creó un restaurante en San Petersburgo en el que conoció a Putín y desde ahí comenzó, como contratista de comida militar, a ser el hombre más rico de Rusia y a consolidar un ejército propio más temible que el del Kremlin.