Una madre de Viterbo, Caldas, encontró el rostro de su hijo desaparecido en El Salvador en las imágenes de un noticiero propagandista del régimen de Nayib Bukele, pero al rostro de él le había puesto con herramientas digitales los tatuajes que él nunca ha tenido, para hacerlo ver como un delincuente.
Él es uno de por lo menos veinticinco colombianos que han desaparecido en El Salvador, que no tienen tatuajes ni antecedentes en Colombia y que el régimen de Bukele habría metido a sus famosas cárceles como supuestos pandilleros.