La Iglesia y las Naciones Unidas conformarán con los voceros del gobierno y el ELN el mecanismo de verificación de las posibles violaciones al cese al fuego pactado con esa organización. Los guerrilleros se cuidarán a sí mismos, pero deberán decirle al gobierno sobre sus movimientos, entre otras cláusulas de lo pactado en los protocolos