La directora de la oficina de Naciones Unidas para los derechos humanos tuvo que afrontar un caso personal en Colombia, con motivo del ambiente racista que su hija vivió en el colegio Helvetia, que educa a parte de la élite de Bogotá.
La hija de la alta comisionada perdió un año y tuvo que irse a estudiar a Suiza, su compañero también víctima de bullying terminó en una UCI y fue el caso de que estudió la Corte Constitucional. En definitiva, no se sabe si el racista y clasista es el colegio o son las familias de sus estudiantes, o ambos.