Aunque no fue el canciller sino el presidente el que contestó el mensaje de la cancillería israelí en el que anunciaba que le había dado una “reprimenda” a la embajadora colombiana porque Petro no ha rechazado el ataque de Hamás, hoy la Cancillería retomó la vocería y el lenguaje diplomático.
Le costó dos trinos volver al tono de la diplomacia porque en el primero dijo que el embajador de Israel debería irse, pero reculó dijo que la relación se puede mantener, que no lo está echando y que las diferencias se pueden discutir.