Por lo menos dos de los más fieros opositores a que se cobre el impuesto a la comida chatarra que, a pesar de sus objeciones y dilaciones se aprobó, fueron financiados por los ingenios azucareros.
Los congresistas, de Cambio Radical y Centro Democrático, dicen que el impuesto está destinado a los alimentos que tienen azúcar, no al azúcar en sí misma, y que por ello no tendrían por qué declararse impedidos.