En el Congreso, en el que ya se había saboteado un debate sobre los negocios de Odebrecht y el grupo Aval y que nombró magistrado a uno de los implicados para salvarlo de una investigación, saboteó el martes pasado otra discusión sobre el tema.
El debate fue marcado por el ausentismo, no sólo de los funcionarios que debían haber investigado y no lo han hecho, sino porque los que estaban en el recinto no querían discutir y el presidente en cargo los invitó a salir del recinto varias veces.