La caprichosa asistencia, o la ausencia de los candidatos presidenciales de Colombia, de los debates públicos que se organizan antes de la primera y segunda vuelta, llevaron a un congresista a presentar un proyecto para regularizar esta situación.
El representante David Racero radicó, antes de las vacaciones de fin de año, un proyecto que obligaría a los aspirantes a la Presidencia, a presentarse en los debates sin ninguna disculpa válida. En todas las elecciones de las décadas recientes, uno o dos candidatos se han negado a discutir con sus rivales.