Aunque la reforma educativa era una promesa del pacto histórico en su campaña, esta vez otras facciones del Congreso la respaldaron. El punto central es que la educación pasa de ser considerada un servicio a definirse como un derecho.
A proyecto original que suponía un estímulo para la educación pública lo intervinieron agentes de Cambio Radical y Centro Democrático para que también incluyera estímulos para la educación privada.