Una rápida decisión de la magistrada Cristina Lombana de la sala de instrucción de la Corte Suprema puso al detenido Arturo Char cerca de su familia en plena época navideña y en instalaciones militares de superlujo.
Char estuvo a punto de ser recluido al lado de Aida Merlano, la principal testigo en su contra. La determinación de Lombana resultó tan absurda que rápidamente tuvieron que abrirle espacio a Char a Santa Marta.