El abogado Iván Cancino perdió la compostura, otra vez, en la audiencia de juicio a Diego Cadena por comprar testigos para su otro cliente, Álvaro Uribe. Como la testigo no contestó como pedía el abogado le subió el tono a la voz y se lo bajó al respeto.
Esta vez no regañó a su cliente, como en una audiencia anterior, sino que le levantó la voz a la esposa del principal testigo del caso Uribe, a tal nivel, que el juez se vio obligado a recriminarlo en la audiencia y a cerrarle el micrófono y él quedó vociferando en silencio.