Aunque Carlos Camargo renunció a la Defensoría del Pueblo y el Congreso le permitió nombrar a su sucesor, él siguió fungiendo al tiempo como defensor y directivo de la Universidad Sergio Arboleda, a la que la Defensoría benefició con contratos.
Camargo estuvo disfrazado de funcionario de la Defensoría el martes pasado, vistiendo un chaleco de la entidad en Cereté y luego fue a Medellín para inaugurar una sede de la Defensoría, justo en la víspera de la posesión de la nueva defensora.