Era de esperarse lo que ocurrió en el primer encuentro de Salvatore Mancuso con sus víctimas, ellas tiene mucho que reclamarle, pero ahora saben que el sanguinario líder paramilitar está dispuesto a escucharlos, de entrada, pidió su primer perdón, por el asesinato que anuló la oposición indígena a la construcción de una represa e inició la diáspora de los indígenas Emberá.