Un recorrido por diversos sectores de Bogotá durante el día demostró la disciplina de los capitalinos con la medida de confinamiento que era, en gran parte, una prueba de comportamiento social.
Encontramos personas en la calle, pero no porque quisieran incumplir la orden de confinarse, sino porque no tenían cómo pagar el cuarto de inquilinato en que viven.