La fábrica de uniformes del Ejército envió a la mayoría de su personal a la cuarentena, pero dejó a 25 operarios dedicados a fabricar los tapabocas que van a necesitar las fuerzas militares para cumplir su papel en la crisis.
La fábrica de uniformes del Ejército envió a la mayoría de su personal a la cuarentena, pero dejó a 25 operarios dedicados a fabricar los tapabocas que van a necesitar las fuerzas militares para cumplir su papel en la crisis.