Un exintegrante de las FARC, que cumplía con los programas de reinserción, fue asesinado y su cadáver envuelto en un colchón en llamas arrojado a una calle de Bello, en el Valle de Aburrá.
La Misión de Verificación de Naciones Unidas se pronunció para advertir que con éste son ya 24 los comprometidos en la paz que han sido asesinados este año y pedirle a la Fiscalía que investigue eficazmente éste y los demás crímenes.