A pesar del apoyo casi unánime en el Congreso para la reforma constitucional que crearía la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, no existe una política contra este crimen y, luego de los anteriores agravamientos de las penas, más de mil niños han sido víctimas.
El asunto es que la impunidad para este tipo crímenes es superior al 95 por ciento, porque no se trata de que los criminales le tengan miedo a la ley, sino a la justicia, y la reforma no cambia eso en nada.