Trece senadores de la Comisión Primera del Senado que sesionaron sobre el proyecto de cadena perpetua a pesar de que su recusación no había sido tramitada, podrían haber arriesgado su investidura por sacar adelante esta promesa de campaña del Centro Democrático.
Los otros nueve integrantes de la comisión también habían sido recusados, pero sabiendo que no tenían luz verde para discutir el tema, abandonaron el recinto para evitar problemas.