A finales del año pasado, desconociendo lo que le deparaba el futuro, Daniela Álvarez conoció a un niño que a pesar de sus limitaciones bailaba champeta de tal manera que a ella también le provocó bailar.
A finales del año pasado, desconociendo lo que le deparaba el futuro, Daniela Álvarez conoció a un niño que a pesar de sus limitaciones bailaba champeta de tal manera que a ella también le provocó bailar.