Y así como el Ejército se demoró diez días en expulsar al sargento que acompañó a la familia embera a denunciar la violación de su hija, al cabo primero denunciado por actos abusivos a una niña de ocho años en Ipiales, lo dejó ascender hasta sargento y retirarse con honor.
Este es un caso que se denunció en Ipiales el 27 de junio de 2010 y que sólo ayer produjo el primer resultado de la Fiscalía, una orden de búsqueda al autor, que hasta hace poco estuvo en los cuarteles.