Según las cuentas del Ministerio de Hacienda, la reforma tributaria aumentaría el ingreso del 10% más pobre de la población y el 10% más rico perdería el 4% de sus ingresos.
Pero el grueso del recaudo no estará ni en el primer ni en el último 10%, sino en los de la clase media, que son unos quince millones de personas y sobre cuyos hombros, además, estará la reactivación de la economía