A diferencia de los políticos, los economistas no interpretan el actual precio del dólar como una consecuencia de la presidencia de Gustavo Petro. La recesión es mundial y los precios de materias primas seguirán subiendo en el mercado internacional.
Y esos precios internacionales van a impactar, por ejemplo, el precio del acero necesario para construir viviendas. Por eso creen que en cuestión de meses, el año entrante, podríamos ver incluso el dólar hasta a 6.500 pesos.