Aunque los congresistas del partido de gobierno estaban dispuestos a hundir la sobretasa a la gasolina, según dijo uno de ellos, para no darle presupuesto a las ciudades cuyos alcaldes son de otro partido, se unieron a la ley que salvó las finanzas municipales.
Este impuesto se cobra desde hace 23 años, pero tocaba volver a legislar sobre él por orden de la Corte Constitucional, pero el gobierno lo dejó para la última hora y casi deja a los municipios desfinanciados.