La Misión de Observación Electoral dice que nunca antes en la historia democrática de Colombia se había visto una participación política tan nutrida y de tan alto nivel en los funcionarios del gobierno.
A los observadores electorales les preocupan especialmente los papeles que asumieron en la promoción de un candidato, el presidente de la república, que debe ser el garante de la imparcialidad y el del Ejército que debería dar garantías a todos los candidatos.