El regionalismo santandereano fue definitivo para la consolidación del candidato Hernández. Alrededor de su casa en Bucaramanga y de su finca de recreo se han creado un movimiento masivo, que ahora se llama la Ola Amarilla, que anima las manifestaciones, aunque su candidato no llegue.
Entre los santandereanos ya existe un fervor por “el ingeniero” de quien aseguran inclusive que Jesús ya lo nombró presidente de los colombianos.