Un golpe de mano, un bloqueo policial y disidentes de la oposición venezolana, le permitieron a Maduro duplicar la crisis política de Venezuela, que ahora quedó con dos presidentes de su legislativo.
Luego del bloqueo policial a la sede de la Asamblea Nacional, los diputados de la oposición pudieron encontrarse en una sede alterna y ratificar a Juan Guiadó, en el puesto que los chavistas habían nombrado a un traidor a su mismo partido.