El único integrante de la selección femenina de España, campeona mundial de fútbol, es un hombre, su técnico. Las jugadoras, el resto del equipo técnico renunció, mientras el presidente de la Federación insiste en que no fue un gesto machista besar a una jugadora sin su consentimiento.
En cada explicación que da se hace más evidente su abuso, pero la Real Federación le dio otros cuatro millones de dólares y le prorrogó su contrato por cuatro años, a pesar del gesto obsceno que hizo en público junto a la reina y a su hija la infanta.